En Colombia las leishmaniasis son enfermedades endémicas en todo el territorio nacional excepto en San Andrés y Providencia y constituyen un problema creciente en salud pública (1,2). La Organización Mundial de la salud recomienda la confirmación por laboratorio ante la sospecha de la leishmaniasis, debido a que la presentación clínica de la enfermedad no es específica y el tratamiento es costoso, difícil y tóxico (3). El método de laboratorio más utilizado para el diagnóstico de la leishmaniasis es la visualización microscópica del parásito a partir del frotis de la lesión, esta metodología tiene grandes bondades como bajo costo, fácil ejecución y una infraestructura de baja complejidad. La sensibilidad de la prueba varía entre el 54 y el 94% (3–8) y se puede ver afectada por el tiempo de evolución de la infección, el sitio de la toma de la muestra (3,9), el número de parásitos en la lesión, la técnica de la toma de la muestra (10) y la sobreinfección de la ulcera (11). En los casos en que no es posible lograr la comprobación parasitológica por el examen directo, la alternativa más usual es el estudio histopatológico, que tiene varias ventajas: establece un diagnóstico concluyente al demostrar los parásitos y puede orientar diagnósticos diferenciales (12). La sensibilidad de la biopsia como método de comprobación parasitológica se reporta entre el 69 y el 82% (3,4)